
Tras la aparente muerte de Steve Rogers, el hombre que era el Capitán América, el antiguo compañero del Capi durante la Segunda Guerra Mundial, más conocido como James “Bucky” Barnes, ha asumido el manto de Steve y su misión. Incluso ahora, cuando Rogers ha regresado de la tumba, Bucky continua con el escudo de la estrella. Y desde ahí comienza el integral “Capitán América: El Juicio del Capitán América” con los guiones de Ed Brubaker y un grupo de dibujantes y entintadores de primer nivel, entre los que se encuentran Butch Guice, Luke Ross, Dale Eaglesham, Mitchell Breitweiser, Daniel Acuña, Mike Deodato Jr., Chris Samnee, Stefano Gaudiano, Rick Magyar, Mark Pennington, Andrew Hennessy, Mark Morales, Tom Palmer, Mike Perkins, Dean White, Andy Troy, Elizabeth Breitweiser, Frank Martin, Paul Mounts, Chris Sotomayor, Jay David Ramos y Rain Beredo. Editada ya en su momento en formato grapa y TPBs por Panini Comics, vuelve a las librerías especializadas en formato integral. Un acertado regreso, pues estos son tebeos que siempre han de estar a disposición de nuevos lectores
Realizar una trama bien conseguida tras la resurrección de Steve Rogers es un tema complicado pero estos creadores lo consiguieron. Rogers, el icónico Capitán América, volvió al escenario con una presencia que impregna cada página. Su retorno no solo resuena en el ámbito de los superhéroes, sino también en el mundo real, donde su figura representa los ideales del heroísmo, la justicia y la libertad. La vuelta del supersoldado plantea una serie de preguntas y desafíos tanto para él como para los demás personajes. ¿Cómo se reintegra un héroe de su calibre después de haber sido considerado muerto? ¿Cómo se adapta a un mundo que ha seguido adelante sin él?¿Cómo juzgar los crímenes de un héroe que estaba controlado por sus enemigos? Estos son temas que Brubaker explora con gran habilidad, mostrando a un Rogers que debe confrontar no solo a sus enemigos, sino también su propio sentido de identidad y propósito.

Mientras Steve Rogers intenta encontrar su lugar en un mundo que ha cambiado, James Buchanan Barnes continúa llevando el escudo del Capitán América. Bucky, conocido anteriormente como el Soldado de Invierno, ha asumido el manto de su amigo y mentor con una mezcla de determinación y culpa. Su travesía como Capitán América es compleja, marcada por su deseo de redención y su lucha interna con los recuerdos de su pasado oscuro. Además de enfrentarse a la justicia por sus crímenes pasados cuando era el Soldado de Invierno, en el momento que tenía lavado el cerebro. Según avancemos en las páginas nos vamos encontrando viejos enemigos que Brubaker utiliza con gran acierto y sutileza. Por ejemplo, el regreso del Capitán América Loco (con el uniforme de los años 50), un enemigo impredecible y peligroso, que introduce un elemento de caos en la historia. Este personaje, cuya locura y habilidades lo convierten en una amenaza formidable, representa una antítesis retorcida del ideal del Capitán América. Su presencia desestabiliza la ya frágil estabilidad de los protagonistas, obligándolos a confrontar tanto su propia vulnerabilidad como la naturaleza volátil del enemigo. Este personaje es más que un villano tradicional; es una representación de los peligros internos y externos que acechan a los héroes. Brubaker utiliza al «Capi de los ’50» para explorar temas de identidad, locura y el costo psicológico del heroísmo. Las confrontaciones entre el Halcón y Bucky con el “Capi Loco” están cargadas de tensión y simbolismo, subrayando las profundas implicaciones con esa mezcla entre lo político, lo real y lo heroico.
Uno de los aspectos más destacados de la etapa de Brubaker en el Capitán América es su habilidad para tejer temas profundos y simbólicos en la trama. Este volumen no es la excepción. A través de las experiencias de Rogers y Barnes, se exploran temas de identidad, legado, redención y sacrificio, además de estar la sombra de Norman Osborm acechando por las esquinas. El escudo del Capitán América, símbolo de protección y justicia, se convierte en un objeto cargado de significado, representando el peso de las responsabilidades y las expectativas que conlleva. El legado del Capitán América es un tema recurrente. Para Rogers, es una carga y un honor que debe reconciliar con su pasado y su presente. Para Barnes, es una oportunidad de redención, pero también una constante lucha contra los demonios de su pasado. Brubaker utiliza estos temas para enriquecer la trama y añadir profundidad a los personajes, haciendo que sus luchas sean tanto externas como internas.

El arte de este volumen complementa perfectamente el guion. Los dibujantes capturan tanto la grandeza épica de las batallas como las sutilezas emocionales de los personajes. El uso del color, la composición y muchos detalles contribuyen a crear una atmósfera envolvente que realza la historia. Todas las ilustraciones de las viñetas no solo acompañan el texto, sino que aumentan su peso proporcionando una experiencia visual que es tan poderosa como la narrativa misma. Y dentro de los dibujantes que aparecen los que llevan más peso son Butch Guice, Luke Ross y Dale Eaglesham . Pero como siempre suelo decir hay uno que para mí es predilecto, aunque únicamente aparece en un solo número del volumen. Es ni más ni menos que Daniel Acuña, uno de los mejores dibujantes patrios, donde realiza la primera parte de la saga de “El Juicio de Capitán América” ejecutando, como suele ser habitual en él, tanto el dibujo como el color.
Las 648 páginas del volumen integral que edita Panini Comics abarca mucho material a destacar: «Captain America 602-619”, “¿Who Will Wield The Shield?”, “Steve Rogers: Supersoldier 1-4” y “Fear Itself 7.1: Captain America”. Además, se incluye un prólogo y un epilogo de David Aliaga, y al final del tomo disponemos de las portadas alternativas realizadas entre otros por Carlos Pacheco, Alan Davis, Gerald Parel, David Finch, Steve Epting, Marko Djurdjević entre otros muchos y un par de texto explicativos de la obra de Brubaker escritos por Kiel Phegley, Jess Harrold, Chris Arrant y Dugan Trodglen.

Quizá en este volumen estén algunas de las mejores historias realizadas por Brubaker con el Capi. Con la vuelta de Steve Rogers, la supervivencia de Bucky , y las amenazas representadas por el Capi Loco, el Barón Zemo o Pecado la hija de Cráneo Rojo , estos comics ofrecen una mezcla de acción, drama y profundidad emocional que es difícil de igualar. Este tomo no solo entretiene, sino que también invita a la reflexión sobre los temas de identidad, legado y sacrificio. La interacción entre los personajes, la riqueza de la narrativa y la calidad del arte hacen de este cómic sea una lectura obligada para cualquier aficionado de la creación de Jack Kirby y Joe Simon. No por nada es el “Capitán América: El Juicio del Capitán América” uno de los últimos clásicos protagonizados por el primer vengador.
