Black Squaw: Queen Bessie

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Fue la primera mujer afroamericana que obtuvo la primera licencia para pilotar aviones en todo el mundo. Elizabeth “Bessie” Coleman (Atlanta, Texas, 26 de enero de 1892 – Jacksonville, Florida, 30 de abril de 1926) pasó a la historia como un ejemplo de superación, desde su granja natal de Texas hasta surcar los cielos. Todo un motor de inspiración para futuras generaciones, hija de un cheroqui y una afroamericana, a base de tenacidad derribó barreras llenas de prejuicios, tanto raciales como de género.

Muestra de esa determinación fue la obtención de su licencia de piloto, lo que la llevó a cruzar el Atlántico para obtener la licencia de aviación internacional por parte de la Fédération Aéronautique Internationale. Sus espectáculos con aéreos causaban sensación y, a pesar de haber fallecido relativamente joven, en un accidente aéreo en 1926, su legado ha permanecido a lo largo del siglo XX y XXI. Prueba de ello es el cómic que hoy nos ocupa: “Black Squaw”, de Yann (Yannick Le Pennetier), Alain Henriet y Usagi (Patricia Tilkin), recién editado en castellano por Norma.

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Sin duda, la vida de “Queen Bess” es material para leyendas. Como aquellas biografías que, siglos atrás, se iban engrandeciendo con la tradición oral de trovadores, que iban añadiendo épica cada vez que contaban su relato. En ese sentido se mueve esta obra, una ficción en la que se inspiran en la figura de la tenaz piloto para crear un relato de aventuras ambientado de forma excelente en los años ’20 del siglo XX estadounidense. Elementos propios de esa época están presentes en las páginas, como el racismo de la época (y el apogeo del Ku Klux Klan); las costumbres indias en sus reservas (con su propia policía tribal), la Primera Guerra Mundial europea y “la ley seca” y sus efectos, destacando la figura de Al Capone, el cual introdujo grandes cantidades de alcohol en Estados Unidos también por aire.

Con esos mimbres, Yann teje un guion con sabor a aventura, en los que su tenaz protagonista se enfrentará tanto al racismo supremacista blanco como surcará los cielos cargada de alcohol. Todo de forma orgánica, con sabor a lo factible. Excelentemente documentado, las aventuras ficticias de esta Bessie Coleman, se convierten una entretenida combinación de aventuras y una puerta detallada hacia el periodo de entreguerras de Norteamérica.

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Alain Henriet, para ello, perfila páginas certeras que ponen en todo momento en situación al lector. Con planos y estructuras propias del tebeo franco belga actual, sus viñetas tienen ese punto exacto entre lo fresco y lo clásico. Hecho que queda reforzado por el color de Usagi, que refuerza tanto tono como ritmo de estas aventuras aéreas.

Editado en Francia por Dupuis en cuatro álbumes, Norma ha optado, para la puesta de largo en castellano por presentar la serie ya de forma integral, en un soberbio volumen en cartoné de 248 páginas, traducido por Alfred Sala, que compila todo el material integral: los cuatro álbumes (“Night Hawk”, “Scarface”, “Le Crotoy” y “Secret Six”) junto a unos extras en los que se puede disfrutar tanto de notas históricas como del viaje de documentación que llevaron a cabo Henriet y Usagi, así como una amplia galería de ilustraciones colosales. Unos extras ciertamente acordes con el material que acompañan, y con el mismo objetivo: hacer de «esta obra «Black Squaw» un tebeo de altos vuelos, donde la aventura y la historia son los materiales primarios para entretener con oficio.

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