
La «broma de tira del dedo» es una de las más simples y comunes, con una presencia en la cultura popular de muchas partes del mundo. La burla generalmente involucra a una persona (el «bromista«) que pide a otra (la «víctima«) que tire de su dedo, resultando en la liberación de un gas intestinal (flatulencia), ha sido un elemento básico del humor infantil y familiar durante generaciones. Ahora en tebeo “Tírame del dedo”(“Tire sur mon doigt”) de Charles Bossart veremos 61 versiones de esta broma tan «gaseosa».
Aunque es difícil rastrear los orígenes exactos de la broma de tira del dedo, es plausible que se remonte a tiempos prehistóricos. La flatulencia, siendo un fenómeno natural del cuerpo humano, probablemente ha sido fuente de humor desde que los humanos desarrollaron un sentido del humor. Sin embargo, no hay registros escritos antiguos específicos que la documenten en particular. Es probable que haya existido en forma oral y se haya transmitido de generación en generación. En la Edad Media, el humor relacionado con la flatulencia ya tenía un lugar en la cultura popular. Se pueden encontrar referencias en la literatura y en las obras de teatro de la época. Por ejemplo, los bufones en las cortes a menudo utilizaban el humor escatológico para divertir a la nobleza, y es posible que «trucos» similares al de tira del dedo fueran parte de su repertorio. Con el tiempo, la broma se simplificó y se convirtió en una práctica común entre los niños y las familias.

En América del Norte, el «tira del dedo» es extremadamente popular, especialmente entre los niños. Es vista como una broma inofensiva y se utiliza para generar risas fáciles. La frase «pull my finger» es una de las primeras bromas que muchos niños aprenden, y su simplicidad contribuye a su duradera popularidad. En Europa, la broma también es conocida, aunque puede variar ligeramente de un país a otro. En el Reino Unido, por ejemplo, es común en las reuniones familiares, mientras que, en países como Alemania, puede ser menos frecuente, pero sigue siendo reconocida. En algunas culturas europeas, el humor relacionado con la flatulencia puede ser considerado más vulgar y menos apropiado en ciertos contextos. En Asia, la percepción de la broma de tira del dedo varía ampliamente. En Japón, por ejemplo, el humor escatológico tiene un lugar destacado en la cultura popular, aunque la broma de tira del dedo no es tan prevalente como en Occidente. En India, la broma puede ser menos común debido a diferentes normas culturales relacionadas con la moral y el comportamiento en público.

La razón por la cual los chistes sobre flatulencias nos hacen reír está profundamente arraigada en la psicología humana. En primer lugar, se basa en la sorpresa y la liberación de tensión. Cuando alguien dice «Tira de mi dedo», la expectativa y la anticipación generan una tensión que se libera de manera inesperada cuando suena el pedo, desencadenando risas. Además, hay un aspecto de liberación social. Las flatulencias son tabúes en muchas sociedades, y reírse de ellas permite a las personas romper con esas normas sociales de manera segura y aceptable. Y por eso, la creación de Charles Bossart se aventuró en el mundo del cómic con esta secuencia de gags poco convencionales, caracterizados por una fluidez gélida pero que siguen siendo sutiles. La receta es sencilla: dos personajes se enfrentan, uno debe tirar del dedo del otro y el resto… queda en manos del lector. Bossart introduce una serie de personajes de la cultura pop que experimentan los placeres (o dolores) de las flatulencias. Desde superhéroes hasta astronautas, nadie está a salvo de este humor básico pero eficaz. Las tiras cómicas se suceden con deleite, haciendo de este libro una lectura ideal tanto para un breve descanso en el transporte público como para un momento de relajación en el baño. La integración de personajes de la cultura pop es uno de los puntos fuertes de la obra de Bossart. Al incluir figuras reconocibles y queridas en situaciones ridículas relacionadas con flatulencias, el cómic logra un contraste cómico, siendo a la vez inesperado e hilarante. Ver a un héroe enmascarado o a un aventurero espacial enfrentarse a un pedo crea una desconexión entre su imagen habitual y la situación embarazosa, lo que aumenta el efecto cómico.

Editado en su versión original por Ankama Éditions, en España tenemos este tebeo mediante Hachette Graphic. En un formato en tapa dura y un tamaño de 17.5 x 24.5 cm con 80 páginas a color y traducido por Daniel Cortés, Philippe July y Purificación Meseguer. Al final, «Tírame del dedo» no está dirigido a los premios Nobel de literatura, pero tiene un atractivo universal. Todos somos humanos, y todos entendemos y reaccionamos ante el humor escatológico. Bossart ha capturado la esencia de este chiste antiguo y lo ha reinventado de manera fresca y entretenida, con unas situaciones varían desde lo cotidiano hasta lo surrealista, asegurando que cada página ofrezca algo nuevo y divertido, con el sonido de un pedo como banda sonora constante.
