“Ahora tenemos guerra…
y un montón de pies descalzos.”

Año 2136. Europa y Asia se encuentran devastadas, siendo el campo de batalla de una guerra constante entre explotados y explotadores. Entre las otrora potencias occidentales, el Reino Unido lidera la facción por mantener el orden establecido frente a los más desfavorecidos, manteniendo un sistema político militar opresor. Ese es el contexto del que parte “Iron Shoes”, una ficción distópica obra de Rafael Lindem y Andrés Garrido. Una serie que nace de la mano de Cartem cómics en su línea “Spanish Bombs”, cuyo primer volumen ya está disponible.

Convendrán que el escenario descrito no es el mejor para crecer, pero Ronny Matei y Balthasar Mastrand, los dos adolescentes protagonistas, no tienen alternativa. ¿O sí? La opresión y el despotismo están en cada una de las calles de las islas británicas, pero una serie de circunstancias harán que estos muchachos emprendan una odisea que definitivamente cambiarán sus vidas.

Ambición es quizá una de las palabras que se esconde en la gestación de este cómic. La de su guionista, Rafael Lindem, corrector de ortografía y estilo, autor de «Viajeros del Picoteórico«, fundador de Ediciones Vernacci y productor de cortometrajes. Un tipo polifacético que ha decidido llevar a las viñetas este relato. Para ello cuenta con un socio gráfico que ha sabido dotar de personalidad gráfica al guion: Andrés Garrido, que ya el año pasado se dio a conocer entre los aficionados españoles cuando Nuevo Nueve editó el magnífico “Love, love, love” en este lado de los Pirineos.

La palabra “ambición” nos viene a la mente después de leer el primer volumen porque lo que aquí se advierte es la pretensión de contar algo grande, con tintes de epopeya. Disponiendo hábilmente de los recursos y códigos propios de las distopias de ciencia ficción, pero utilizando el oficio necesario para dotarlo de singularidad. Hecho al que contribuye el arte de Garrido, que personaliza gráficamente la serie, además de dotarla del ritmo preciso en sus páginas.

Eso nos lleva a la segunda palabra que nos viene a la mente tras la lectura de “Iron Shoes”: creatividad. Partiendo de posibles escenarios y elementos quizá ya comunes en este tipo de relatos, los “zapatos de hierro” de Lindem y Garrido comienzan a caminar hacia lugares refrescantes, por lo cohesionado que resulta el trayecto que se ve en este volumen. Un trayecto que, de momento se antoja corto, pues el tebeo deja con ganas de más. Tratándose de una primera entrega es lo que tiene que hacer el tebeo: atraer la atención y despertar el suficiente interés en el lector para que este quiera continuar la ruta que propone la serie. En ese sentido “Iron Shoes”, cumple sobradamente su objetivo de ser el primer paso de algo más grande.

En ese sentido, es pronto para hacer una valoración global de la serie. Pero, aún con aspectos pendientes de desarrollar en futuras entregas, la sensación de este primer capítulo si es satisfactoria. Dicho lo cual, la percepción que queda es la de la antesala a un relato de empaque, como las cosas grandes, que comienza con pequeños pasos. Así despega este “Iron Shoes”, en un volumen editado por Cartem de 88 páginas en formato de álbum europeo, donde además de la primera entrega de la saga tenemos un amplio dosier de diseños y bocetos de Andrés Garrido junto al relato “Hecho pedazos” de Rafael Lindem, que dota de mayor contexto a este universo que nos presentan. Dicho lo cual, conviene probarse estos “zapatos de hierro” para comprobar lo bien que sienta su lectura.