
Los 85 años de historia editorial del Batman, que hoy se cumplen desde que aquel ya lejano 30 de marzo de 1939, han dado para muchas historias destacadas que ha protagonizado el Caballero Oscuro. Muchas de ellas hijas de su tiempo, como la que hoy nos ocupa: “Batman: The Cult”, de Jim Starlin y Bernie Wrightson, que acaba de recuperar ECC en el volumen “Batman: La Secta”.
A lo largo de toda la trayectoria del mejor detective del Universo DC un punto de inflexión indiscutible fue el cariz y profundidad que tomó el personaje creado por Bob Kane y Bill Finger tras las famosas “Crisis en Tierras Infinitas”. No fue otro que Frank Miller quien se ocupó el dotarle el barniz adulto que un personaje como Batman precisaba, con “Batman: El regreso del Caballero Oscuro” y “Batman: Año Uno” como auténticas piedras filosofales que revistieron al Señor de la Noche de una oscuridad de la que nunca más se ha apartado en mayor o medida. Pues es ese el tono donde Batman tiene mayor sentido y profundidad en sus relatos. Un camino abierto por Miller, del que muchos tomaron nota para llevar a cabo propuestas más ambiciosas, maduras e inquietantes. Como la que realizaron Jim Starlin, Bernie Wrightson y Bill Wray en “Batman: The Cult” en 1988.

En “The Cult” asistiremos a un autentico descenso a los infiernos de Batman: capturado por el diácono Blackfire, un villano tan inquietante como plausible (sobre todo en su forma de actuar y manipular a sus acólitos), será llevado al extremo en sus convicciones: Secuestrado, despojado de la noción de realidad y, en definitiva, anulado. Así será el encuentro de Batman con Blackfire.
Intensidad. Es lo que mejor define la trama en cuatro actos (“Sufrimiento”, “Captura”, “Fuga” y “Combate”) presentada con oficio por Starlin, que atrapa desde la primera escena. Plagada de oscura y sucia violencia, juegos psicológicos nos da un paseo por los lados oscuros de la existencia, los instintos primarios y la facilidad de manipularlos en manos perversas. Con la mirada puesta en el peligro real de algunas sectas o extremismos de cualquier índole, donde los caminos simples de buenas intenciones se llenan de sangre si son capitaneados por perfectos sicópatas. Con la urbana suciedad y soledad que puebla muchas zonas de las grandes urbes de las sociedades actuales. Con materiales tan frágiles como peligrosos, esos que llevan a lo siniestro…

Todo esto está en las visceras de “The Cult”, que Bernie Wrightson plasmó con rotunda maestría en páginas que discurren en encuadres siniestros, plagados de desasosiego, angustia y lugares tenebrosos. A su lado, el color, entre sucio y lóbrego, aumenta el ambiente narcótico del relato, poniendo al lector en el lugar del Batman que es puesto a prueba en lo más íntimo. En ocasiones Wray abusa de colores chillones, que en todo caso refuerzan la experiencia lisérgica del protagonista; el resto nos lleva a la oscuridad en las que está capturado. Todo ello refuerza el trazo siniestro de Wrightson y potencia la crudeza y violencia del camino marcado por Starlin.
Puede que “The Cult” no haya envejecido como otros clásicos de Batman, pero aún mantiene en sus páginas el vigor y fuerza con que fue concebido. Por ello, es de agradecer que ECC lo rescate de nuevo en “Batman: La Secta”. Sin duda, esta es una de las historias que merece ser leída y disfrutada por los fans del Caballero Oscuro. Para ser recuperada por aquellos veteranos que se sorprendieron con la edición en prestigio con que la estrenó Zinco en castellano allá por 1989. Para ser descubierta por nuevas generaciones y deleitarse todos con un coloso del noveno arte como es Bernie Wrightson.

En “Batman: La Secta”, además, podemos disfrutar de más material del excelso dibujante, como el “Batman: Hidden Treasures #1”, editado por DC en 2010 y que contiene dos golosinas para los fans del Wrightson. La primera es “Spalsh”, un relato construido a través de Splash Page, con guion de Ron Marz, tintas de Kevin Nowlan y color de Alex Sinclair. La segunda es el clásico “Night of the Bat”, aparecido originariamente en 1973 en Swamp Thing #7 de 1973, con guion de Len Wein y recoloreada para la ocasión por Sinclair. Materiales sin duda que son excelentes extras para acompañar a “The Cult” en las 256 páginas que componen “Batman: La Secta”, en formato cartoné y con traducción de Bárbara Azagra Rueda. Una gozada para los fans de Wrightson y para quien quiera adentrarse en los oscuros recovecos del alma donde apunta “Batman: The Cult”, pues el “fuego negro” (“Blackfire”) sigue ardiendo en este inquietante relato, treinta y seis años después de su nacimiento.
