En la interminable búsqueda de la suerte y la protección contra la adversidad, los seres humanos han recurrido a una amplia gama de objetos que se cree tienen poderes místicos para atraer la buena fortuna y repeler la mala suerte. Sin embargo, existe una paradoja intrigante en esta búsqueda: ¿qué sucede cuando los objetos que se supone que nos protegen realmente nos traen desgracia o incluso la muerte? En esta segunda entrega de la serie antológica «The Silver Coin: La Moneda de Plata«, comenzamos a vislumbrar las señas de identidad, los caminos trazados y los signos de continuidad más allá de la simple recopilación de relatos independientes de esta saga creada por Michael Walsh.

La moneda de plata, que da título a la serie, se convierte en una manifestación simbólica de la codicia humana, un reflejo del lado oscuro y egoísta que yace en el corazón de gran parte del mal en el mundo. Esta interpretación resalta la ambición desmedida y el individualismo irresponsable que a menudo subyace a los actos malévolos de la humanidad. La moneda se erige, así como un símbolo perfecto del mal que impregna la serie, proporcionando una columna vertebral sobre la cual se desarrollan las historias. Pero más allá de esta unidad temática y discursiva, el creador de la serie reserva una historia en cada tomo para explorar el origen de la moneda, aportando una continuidad argumental que une los diversos relatos. Además, Walsh se encarga de la dirección artística de toda la serie junto con Toni Marie Griffin, otorgando una unidad estructural y visual que refuerza la cohesión de la narrativa. No obstante, a pesar de estas conexiones, Walsh busca lo mejor de dos mundos: la coherencia de una serie continua y la libertad de exploración de una antología. Por ello, cada historia es escrita por un guionista diferente, lo que permite una diversidad de enfoques narrativos y estilísticos. En este tebeo, los escritores que se incluyen son: Joshua Williamson, Ram V, Matthew Rosenberg y el dúo formado por Vita Ayala y Salomée Luce-Antoinette. Cada uno aporta su propia visión, desde un niño en los años noventa hasta un grupo de adolescentes a punto de invocar algo malévolo.

De los relatos que aparecen me gustaría destacar el primer numero del tomo llamado «El Record«: Una historia de horror escrita por Josh Williamson y dibujada por Michael Walsh, que involucra videojuegos de lucha al estilo arcade. Es una historia que utiliza la moneda maldita de la serie de una manera ingeniosa que te perseguirá, pero también satisfará ese deseo de una buena dosis de gore. La historia comienza con una sala de recreativas y en concreto en una máquina de lucha (estilo Mortal Kombat) con dos tipos aterradores a punto de luchar a muerte. A la izquierda, un hombre con aspecto de cuervo viste armadura de huesos y empuña una guadaña, mientras que, a la derecha, un tipo fornido con máscara y hacha se prepara para el combate. En las siguientes cinco viñetas, vemos al hombre con máscara derrotando a su oponente rápidamente. Luego, la escena cambia al videojuego anunciando al vencedor, mientras un hombre adulto increpa verbalmente a un joven. Con esas ideas, Williamson y Walsh nos hacen empatizar con ese chico simpático, que incluso causa problemas al guardia de seguridad del centro comercial, y dado su edad, es difícil culparlo por caer presa de la moneda maldita. Esto convierte la historia en algo más cercano a la de una víctima, lo que hace que la muerte de los matones sea más llamativa. Sin embargo, al final de este relato, queda ese poso es desalentador y triste. Lo que realza aún más los elementos de horror del comic, haciéndolo un poco más satisfactorio.

La edición original se publicó en el mercado americano bajo el sello editorial Image Comics. En España, Panini Comics recopila los números del seis al diez en un tomo de tapa dura. Al final «The Silver Coin: La Moneda de Plata Volumen 2» representa un paso en la evolución de la serie, consolidando su identidad como una antología de terror con elementos de continuidad y cohesión. Con Walsh al timón y una variedad de talentosos guionistas a bordo, la serie tiene un potencial ilimitado para seguir atrapando a los lectores con sus historias perturbadoras y provocativas.