
En los tiempos en los que vivimos, las relaciones humanas se ven inmersas en un torbellino de cambios y desafíos sin precedentes. La pregunta que surge es: «¿cómo hemos llegado a convertirnos en expertos en superficialidad, en evitar compromisos y en desviar la mirada de los conflictos que deberíamos afrontar?» Este es el punto de partida de la reflexión que propone Candela Sierra en su tebeo “Lo sabes aunque no te lo he dicho”, donde el humor y la crítica se entrelazan para ofrecer una mirada aguda sobre los problemas de comunicación y relaciones en nuestra sociedad contemporánea.
En un mundo saturado de estímulos y conectividad digital, la comunicación real se ve cada vez más eclipsada por la superficialidad y la falta de compromiso. Las redes sociales, herramientas que deberían facilitar la conexión entre las personas, a menudo se convierten en un escaparate para el narcisismo y la vanidad, alimentando una cultura de la imagen y la apariencia por encima del contenido genuino. Candela Sierra aborda esta dinámica con ironía y perspicacia, exponiendo las contradicciones inherentes a nuestra obsesión por proyectar una imagen idealizada de nosotros mismos en el mundo virtual, mientras descuidamos las relaciones reales y auténticas que requieren tiempo, esfuerzo y vulnerabilidad. Uno de los aspectos más destacados de la obra de Sierra es su habilidad para capturar la esencia de los problemas contemporáneos a través de los recursos expresivos del cómic. Sus personajes, con sus expresiones exageradas y sus diálogos cargados de sarcasmo, encarnan las tensiones y las frustraciones de la vida moderna. La utilización de técnicas como los fallos de rácord, las elipsis y los bocadillos ególatras no solo añade un toque de humor al relato, sino que también profundiza en la reflexión sobre la superficialidad de nuestras interacciones cotidianas y la falta de autenticidad en nuestras comunicaciones.

Al analizar las relaciones contemporáneas, ya sean laborales, familiares, de amor o de amistad, Sierra identifica el temor al compromiso como un factor central que subyace a la superficialidad y la falta de autenticidad en nuestras interacciones. El miedo al compromiso nos lleva a eludir conflictos y a evitar situaciones incómodas, optando por una comunicación rápida y poco profunda que perpetúa la desconexión y la incomunicación. En lugar de enfrentar los desafíos y crecer como individuos, nos refugiamos en nuestra propia burbuja de confort, reforzando así la dinámica de aislamiento y desconfianza que caracteriza a muchas de nuestras relaciones contemporáneas. Sin embargo, a pesar de la crítica incisiva que plantea, la obra de Candela Sierra no carece de esperanza ni de momentos de ternura. A través de sus personajes y situaciones absurdas, nos invita a reflexionar sobre nuestras propias actitudes y comportamientos, y nos recuerda la importancia de la empatía, la honestidad y el compromiso en nuestras relaciones humanas. Al final del día, el cómic de Sierra nos anima a mirarnos en el espejo y a cuestionar nuestras propias acciones, en un intento de impulsarnos hacia una comunicación más auténtica y significativa en un mundo cada vez más dominado por la superficialidad y el narcisismo.
Si bien es cierto que su estilo de dibujo puede parecer sencillo a primera vista, Sierra demuestra una maestría en la utilización de efectos narrativos que enriquecen la experiencia del lector. Desde desenfoques hasta pérdida de detalle, pasando por cuadros de texto que inundan la página y rejillas de página con diseños fraccionados, cada recurso está cuidadosamente seleccionado para transmitir de manera efectiva la esencia de la historia que se está contando. Lo que distingue el trabajo de Sierra es que cada elemento visual y narrativo está al servicio del mensaje que pretende transmitir en cada escena. No hay un afán de lucimiento por parte del autor, ni recursos visuales «llamativos» que puedan distraer al lector de la trama principal. En su lugar, cada detalle contribuye a crear una atmósfera única y a profundizar en los temas que la autora desea explorar. Cada viñeta, cada gesto de los personajes y cada elección de composición contribuyen a construir un mundo narrativo coherente y profundo. La economía de trazos y la precisión en la utilización de los recursos narrativos son prueba de la habilidad y el talento de la autora para transmitir emociones y generar reflexiones en el lector.

En un mercado saturado de cómics y otras formas de entretenimiento, es fácil que obras de esta calidad se pierdan entre la multitud. Sin embargo, la fuerza y la originalidad de la obra de Candela Sierra que edita Astiberri garantizan que no pase desapercibida. Sus historias buscan más que solo entretenimiento superficial, ofreciendo una reflexión profunda y significativa sobre los desafíos y contradicciones de la vida moderna. Su obra, aunque ácida, nos invita a reflexionar sobre nuestras propias acciones y a imaginar un futuro donde la conexión humana y que lo real prevalezca sobre la superficialidad y la alienación. Es en esta capacidad de inspirar una reflexión profunda y un cambio positivo donde reside la verdadera fuerza de «Lo sabes aunque no te lo he dicho«.
