Las historias pulp y las novelas negras de principios del siglo XX marcaron un tipo de relatos que atrapó a muchos lectores con su temática. De esa manera, inspirado por esa literatura, de autores como Dashiell Hammett, Raymond Chandler y James M. Cain, se han producido novelas con tramas intrincadas, antihéroes cínicos con su enfoque en la corrupción y la decadencia moral. En el mundo del tebeo este tipo de historias también ha tenido su reflejo con «Sin City» de Frank Miller. «100 Balas» de Brian Azzarello y Eduardo Risso o «Criminal» de Ed Brubaker y Sean Phillips, autores estos últimos, junto a Jacob Phillips, del tebeo que hoy tratamos: “Reckless: Amigo del diablo” (“Reckless: Friend of the Devil”).

«Amigo del Diablo» nos lleva a 1985. Ese fecha marca un momento fascinante en el momento cultural de Estados Unidos, especialmente en Hollywood, donde el paisaje cinematográfico reflejaba las tensiones y ansiedades de la sociedad de la época. Este fue un período marcado por una serie de elementos que definieron la narrativa y la estética de la industria del entretenimiento, incluidas las productoras de tercera, las sectas y toda la parafernalia religiosa que arrastraba. En el contexto de Hollywood. Fuera de la orbita de grandes estudios como Warner Bros., Paramount o MGM, las productoras independientes, a menudo dirigidas por cineastas y productores, tenían una reputación de producir películas de bajo presupuesto y alto riesgo, explorando en ocasiones temas peligrosos y poco convencionales. Este período también vio un resurgimiento del cine de género, con una afluencia de películas de terror, suspense y acción que buscaban nuevas formas de entretener y provocar al público.

Por otro lado, el surgimiento de las sectas en la cultura popular de los años 80 fue el resultado de una serie de factores sociales y culturales, incluida la creciente preocupación por la influencia de grupos religiosos extremistas y la difusión de historias sensacionalistas en los medios de comunicación. Los casos de cultos y rituales satánicos se convirtieron en temas recurrentes en los medios de comunicación y la literatura, alimentando los temores colectivos y la fascinación por lo oculto y lo prohibido. En este escenario de efervescencia cultural, el Hollywood de 1985 era un caldo de cultivo para la creatividad y la experimentación en el cine y la televisión. Las películas y series de la época reflejaban las ansiedades y obsesiones de una sociedad en transición, explorando temas como el miedo al control social, la alienación y la pérdida de identidad en un mundo cada vez más impersonal y globalizado.

En ese contexto es donde situamos la trama de «Reckless: Amigo del Diablo», una obra que encapsula perfectamente la esencia del Hollywood de la época. La narrativa nos sumerge en un mundo de intrigas y secretos, donde las productoras de cine luchan por encontrar su lugar en el panorama cinematográfico, mientras que las sectas acechan en las sombras, alimentando el miedo y la paranoia en la sociedad. En esta obra, Ethan Reckless, el protagonista, se ve inmerso en una trama compleja que lo lleva a adentrarse en los oscuros entresijos mientras busca a una aspirante a actriz. Una serie de eventos que lo llevarán a enfrentarse a los personajes siniestros y a descubrir verdades inquietantes sobre la naturaleza humana y la corrupción en la industria del entretenimiento. A medida que Reckless profundiza en su investigación, encontrará indicios de rituales oscuros y cultos secretos que operan en las sombras de la alta sociedad. Estos elementos proporcionan un telón de fondo fascinante para la trama y agregan un sentido de urgencia y peligro a medida que Reckless se acerca a la verdad. Brubaker y Phillips consiguen así una representación del cine de lo más inquietante, con una atención meticulosa al detalle sobre esos personajes que pululan detrás del objetivo de la cámara de cine.

Este segundo número de la serie, que publica Panini Comics en España en formato de tomo de 144 páginas, proviene de la edición americana realizada por Image Comics. Una serie que ya cuenta con una sólida trayectoria y que cada entrega es una lección de buen noir. Como muestra, sirva este “Reckless: Amigo del Diablo«: mucho más que una simple historia de suspense y misterio.