
La Línea Clara del cómic franco-belga no se puede explicar sin Edgar Pierre Jacobs. Uno de los más claros exponentes de este estilo de dibujo , junto a Georges Remi, más conocido como Hergé, y Jaques Martin. Padre de los inmortales Blake y Mortimer y uno de los primeros autores que introdujo elementos más maduros en el tebeo europeo, ampliando el rango de lectores que leían “Le Journal de Tintin”, revista creada tras la Segunda Guerra Mundial que supuso en 1946 un soplo de aire fresco en el panorama del tebeo belga. No por nada, la sorpresa de aquella primera entrega son las primeras páginas que se publicaron de “El Secreto del Espadón”, la serie con la que debutaron Blake y Mortimer, iniciando una trayectoria que ya forma parte de lo mejor de la historia del tebeo europeo del siglo XX.
Tras aquellos tebeos, tan sofisticados en su tiempo de nacimiento y tan sólidos que soportan el paso del tiempo, se halla la figura de su creador: Edgar Pierre Jacobs (Bruselas, 30 de marzo de 1904 – Lasne, 20 de febrero de 1987), el dibujante belga más importante del siglo XX junto a Hergé. Tras sus personajes, su creador, meticuloso y capaz de sintetizar momento y lugar en viñetas en las que la querencia por el detalle en los escenarios es máxima, junto a su efectiva caracterización gráfica de los personajes que dibujaba. Un estilo gráfico donde influencias de Alex Raymond, Milton Caniff y Hergé devienen en un trazo propio, con atención extrema al detalle en cuanto a escenarios y mayor economicidad de trazo en la definición gráfica de personajes, consiguiendo resultados notables sin caer nunca en rasgos caricaturescos. En lo argumental, lo realizado por Jacobs denota mucho amor a la ciencia ficción visionaria y la vista puesta en las preocupaciones latentes de mediados del siglo XX, junto a sólidas tramas entre la intriga y el espionaje y unas gotas de fascinación por historia. Todos esos rasgos estan presentes en “Las aventuras de Blake y Mortimer”, la obra a la que consagró su vida.

Una vida que merecía ser contada. El propio Jacobs ya lo hizo en vida con “Un opéra de papier: Les mémoires de Blake et Mortimer”, unas memorias en las que autor y personajes van evolucionando a lo largo de su trayectoria vital, reflejando como el contexto vivido definió tramas y argumentos para constatar que Blake et Mortimer son puro siglo XX europeo, que no deja de ser esa cuestión una de las fortalezas de estos cómics, además del irresistible encanto gráfico, ya atemporal. Del mismo modo que el Tintin de Hergé, cuyo merito va más allá de Georges Remi para extenderse entre los colaboradores que tuvo en su estudio, como entre otros, el propio Jacobs, Bob de Moor o Jaques Martin.
Estos hechos vienen recogidos en la biografía en viñetas que llevaron a cabo François Rivière, Philippe Wurm y Benoît Bekaert (“BenBK”): “Edgar P. Jacobs: El soñador del apocalipsis” (“Edgar P. Jacobs – Le Rêveur d’apocalypses”), quizá el mejor medio artístico para contar la vida de uno de los padres de la Línea Clara. Además, Cabe resaltar la idoneidad del equipo que lo ha llevado a a cabo, empezando por François Rivière: crítico literario (habitual en las páginas de Le Figaro), guionista de cómics y escritor; que pudo mantener en vida varias conversaciones con Jacobs cuando tan solo era un fan de Blake y Mortimer. Una pasión y admiración que le llevó a escribir la biografía del autor de Blake y Mortimer con Benoît Mouchart: “La Damnation d’Edgar P. Jacobs”.

De esa biografía parte este tebeo, para el cual es indispensable la otra parte idónea del proyecto: Philippe Wurm, el dibujante que quizá mejor ha seguido la estela estética de Jacobs. Dando con ello el lenguaje gráfico idóneo para llevar en viñetas su biografía. Al color Benoît Bekaert nos lleva al sentido cromático que entronca con “La Marca Amarilla”, “El Misterio de la Gran Pirámide” o “El Enigma de la Atlántida” y el resto de álbumes clásicos de Blake y Mortimer; ese sabor a BD atemporal, clásica y eterna.
Estética y hechos trazan esta biografía, en la que obviamente hay licencias argumentales (y así lo avisan los autores) para potenciar el tebeo, si bien en todo momento se conserva la esencia de la biografía de este bruselense apasionado por el dibujo y la ópera, del dandy con desbordante imaginación, del creador europeo que hizo madurar el tebeo belga a mediados del siglo XX. Todo eso está recogido en “Edgar P. Jacobs. El soñador del apocalipsis” a lo largo de las 144 páginas de su excelso recorrido, que además viene prologado por Ever Meulen.

Un tebeo ideal para los aficionados del tebeo europeo, especialmente para los fans de Blake y Mortimer, por todas las claves que brinda y da en sus páginas. Un volumen que sin duda hace buena compañía a la edición integral de “Blake y Mortimer” que acaba de comenzar en castellano, dando contexto y dimensión a aquellas magnificas aventuras que hicieron crecer el noveno arte belga. Por todo ello, “Edgar P. Jacobs. El soñador del apocalipsis”, es mucho más que entretenimiento, es un tebeo perfecto en toda tebeoteca con querencia a la buena línea clara, tanto por lo que complementa, amplía y muestra, como por la buena factura con que se ha realizado la biografía en viñetas del barítono del noveno arte: Edgar Pierre Jacobs.
