Coraje. Las malas compañías:  Buen comienzo

Coraje malas compañías Texto 01

Una de las pruebas de fuego para ver si un tebeo es solvente es que, más allá del planteamiento inicial, ha de seguir atrapando al lector en las siguientes páginas. No basta con una premisa de partida que presente elementos de interés, el autor ha de construir el recorrido con recursos que aumenten el atractivo del desarrollo. Y a poder ser sin rupturas, ya que ante todo hay que cuidar el resultado global del tebeo. Un ejemplo de esto puede ser “Coraje. Las malas compañías”, el debut en el mundo de la viñeta de Patricia Martín Rodríguez, editado por Drakul.

Con buen acierto la editorial madrileña editó una grapa a modo de presentación de esta ópera prima: “El Chico malo”, donde nos presentaban al protagonista principal, Jonay, un chaval que ronda la treintena con graves problemas para gestionar su ira, traduciendo su trastorno en graves episodios violentos.

“Hasta ahora, el hijo de puta oficial del grupo era yo.»

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Si bien ese rotundo comienzo no es más que la punta del iceberg, pues a “El chico malo”, le acompañan “El chico egoísta” y “El chico soberbio”. Juntos los tres forman los capítulos que contiene “Las malas compañías”, el primer volumen de “Coraje”. Un volumen donde, quien haya leído la grapa de presentación, podrá comprobar como estamos ante un relato que tiene recorrido, por lo que aporta Patricia Martín Rodríguez en los capítulos siguientes. Pues no solo hace crecer los elementos principales del comienzo, sino que los enriquece conformando un elenco de secundarios tan potentes que no dejaran indiferente al lector.

La trama, apoyada de forma constante en la falta de control de Jonay, se va a enriquecer con elementos propios del cine negro, pues nuestro protagonista cruzará su camino con los buscavidas que son Cho y Airam. Dos personajes con sus propios problemas psicológicos, pues aquí nadie queda lejos del análisis sobre salud mental, que han logrado especializarse en actividades ilegales, y que enrolaran a Jonay en sus quehaceres delictivos. Pero no solo crece este tebeo por el paseo por el lado salvaje que propone, sino que se hace grande en las interacciones de estos tres “chicos” que son “las malas compañías”. Siguen los elementos de «Slice of life» en este recorrido, si bien el «noir» propio de las malas calles urbanas pobladas de buscavidas se va haciendo más presente conforme se avanza la lectura.


“Me complace darte la bienvenida…”

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Un planteamiento y desarrollo que sin duda es ambicioso; y que Patricia Rodríguez lo ha construido de forma sólida. A lo que hay que sumar su estilo manga que impregna cada página, con un hábil manejo de los recursos de este estilo haciéndolos suyos en varias páginas. Transmitiendo de forma eficaz cada situación a la que el relato nos lleva: tanto las violentas (remarcando las viñetas de forma acertada), como las cómicas o las de introspección ante la angustia de los protagonistas.


“… y cederte el título de escoria humana.”


En definitiva, un estilo manga bien asimilado en el trazo y un guion solvente se dan la mano en las 136 páginas de “Coraje. Las malas compañías”, editado en rústica con solapas por Drakul. Una agradable sorpresa dentro panorama nacional español esta suerte de seinen nacional. A pesar del título, este tebeo se antoja como un buen compañero de lectura. Posiblemente, cuando lleguen a la última página buscaran la inminente continuación de esta historia protagonizada por Jonay, Cho y Airam: “Las malas decisiones”. Al arriba firmante así le ha ocurrido con el solvente debut de Patricia Rodríguez Martín.

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