En los días oscuros que siguieron a la catástrofe, la humanidad se vio reducida a pequeños grupos de supervivientes, desesperados por enfrentarse a la amenaza constante de los zombis. El sol se oculta en un cielo teñido de rojo sangre, reflejando la violencia y la destrucción que asolan el mundo. Ciudades, antes vibrantes y bulliciosas, yacen ahora en ruinas, testigos mudos del apocalipsis que cambió para siempre la faz de la Tierra. En este nuevo mundo, la supervivencia es la única ley que importa. Los grupos de sobrevivientes se han convertido en facciones armadas, luchando no solo contra los muertos vivientes que deambulan por las calles, sino también entre ellos por los recursos escasos que quedan. Cada día es una batalla, y la línea entre la humanidad y la bestialidad se desdibuja en medio de la violencia y el caos. En el tebeo “Dead City”, de Guido Barsi y Sedna Studio, veremos reflejada esa manera en el que ser humano pasa de inteligente a una simple bestia sedienta de… sexo.

Un grupo de humanos usa la brutalidad como una moneda corriente, además se perfecciona el arte de la supervivencia a través de la fuerza bruta. La trata de mujeres y su utilización como esclavas sexuales es un sistema de vida que únicamente tiene a los hombres como fuerza dominante. Las calles que controlan están marcadas por la ley del más fuerte, donde la debilidad se castiga con brutalidad y la compasión es un lujo del pasado. En ese mundo asolado por el caos y plagado de peligros, la humanidad se ha reducido a pequeños grupos de supervivientes que luchan por mantenerse a flote frente a la amenaza constante de los zombis. Entre estos grupos, una dinámica brutal y despiadada se ha instaurado, donde la lucha por los recursos y la supervivencia ha llevado a la caza de personas, en especial mujeres, para diversos fines. Dentro de uno de estos grupos, Blanca, la principal protagonista ha logrado ganarse un estatus especial. Ha ascendido en las filas y ha alcanzado el derecho de ser cazadora.
En un mundo donde la caza humana se ha vuelto una práctica común, ser una cazadora significa ser temida y respetada. Blanca ha demostrado su valía en numerosas expediciones, enfrentándose no solo a los zombis que deambulan por las tierras desoladas, sino también a otros grupos de supervivientes que compiten por los mismos recursos escasos. La vida de Blanca como cazadora es una mezcla de habilidad, instinto y desesperación. Cada expedición es una danza mortal y sexual entre la supervivencia y la irracionalidad, ya que se aventura en territorios desconocidos en busca de mujeres que puedan ser capturadas y llevadas de vuelta al grupo. Y a su explotación sexual. Este acto, aunque inhumano, se ha convertido en una necesidad para la supervivencia de ese grupo tan siniestro. A medida que atrapan mujeres para utilizarlas de diversas maneras, Blanca se encuentra en un constante conflicto interno. Aunque ha aprendido a no mostrar debilidad frente a sus compañeros, su humanidad sigue latente, y el precio de sus acciones se refleja en su mirada. Un día, durante una de las expediciones rutinarias, el grupo de Blanca se encuentra con Eva, una mujer que ha logrado sobrevivir en medio del caos. Eva, a diferencia de las mujeres que han caído en manos de esos hombres, tiene miedo y es muy inocente. Blanca se ve reflejada en esa pobre chica y tiene un plan para salvarla.

Así explora la narrativa de Guido Barsi temas de moralidad, redención y la lucha por la propia humanidad en circunstancias extremas: Blanca se encuentra en una encrucijada entre su libertad o dar ayuda a los demás en unas situaciones extremas. La historia se sumerge en las complejidades de la condición humana, destacando que incluso en los tiempos más oscuros, hay espacio para la reflexión y el cambio. La trama se intensifica a medida que la moralidad y la supervivencia colisionan, llevando a un enfrentamiento inevitable entre los miembros del grupo y sus propias contradicciones internas. La historia no busca glorificar la caza de personas ni justificar las acciones de lo que vemos en las páginas. Más bien, es un guion simple que deja casi toda la fuerza de las páginas al dibujo, obra de Sedna Studio, un grupo de ilustradores que están especializados en el erotismo y en el BDSM. En este tebeo nos vamos a encontrar con unos dibujos muy explícitos y en muchas ocasiones muy duros.
La edición francesa se vio en 2018 por parte de Murano Publishing. Ahora, gracias a Lucifer Ediciones disponemos de esta obra en España. En formato de rustica con solapas, consta de 48 páginas y unas dimensiones de 17 x 24 centímetros. Con un pequeño detalle de corrección de portada por parte del ilustrador afincado en Barcelona llamado Azca. En el clímax frenético de esta inusual obra de cómic que fusiona el terror más oscuro con un contenido sexual de lo más explícito, las páginas finales de “Dead City” dejan al lector sumido en una mezcla de fascinación y perturbación.
