Black Hammer: El Renacer Parte 3. El final del principio

“¡Hola a todos! Hagamos un resumen, porque esto se ha vuelto la ostia de confuso. Lo primero es que hay otra Spiral City. Una en la que todo está del revés, y esa otra Spiral City está a punto de colisionar con la otra. Todo empezó hace veinte años cuando maté a Doc Andrómeda o eso creía. Él era el responsable de que los mundos chocaran y ahí es donde estamos. No puedo pensar en mi familia. Si tengo un minuto de paz pensare en ellos y todo se joderá. Así que allá vamos a buscar esa salida maldita”.

El universo de Spiral City se torna aún más complejo y enigmático en «Black Hammer: El Renacer: Parte 3″(“Black Hammer: Reborn. Part III”), el tercer y último volumen de la épica saga creada por el talentoso guionista Jeff Lemire y la hábil dibujante Caitlin Yarsky. La trama nos sumerge en una realidad retorcida donde dos Spiral Citys, opuestas y a punto de colisionar, desatan una pesadilla multiversal con héroes y villanos de ambos mundos en una guerra que desafía las leyes del tiempo y el espacio. Desde los primeros momentos de, Lemire y Yarsky tejen una historia que fusiona la esencia humana con la extravagancia de los superhéroes. La narrativa, aunque enraizada en elementos clásicos del cómic, se eleva a nuevas alturas al explorar la psicología de los personajes y sus dilemas personales. Lucy Weber se encuentra en el centro de este conflicto interdimensional, buscando a su familia desesperadamente con la ayuda de Revientacráneos.

Desde sus primeras páginas, Black Hammer destila un aire de nostalgia y familiaridad, presentándonos a héroes y villanos que, a primera vista, podrían haber salido directamente de las páginas de cómics clásicos de Marvel y DC. Se rinde homenaje a las figuras icónicas que han dado forma al género superheroico, y lo hace con una maestría que permite a los lectores sentirse cómodos en este terreno conocido. Los personajes, a pesar de sus poderes extraordinarios, llevan consigo las cicatrices de la vida y la complejidad emocional que la aleja de la típica representación bidimensional de los superhéroes. Esta dualidad entre la familiaridad del género y la profundidad de los personajes crea una tensión narrativa única que mantiene a los lectores intrigados. Aunque la apariencia inicial de los personajes y situaciones podría recordarnos a hazañas conocidas de las grandes casas editoriales, Lemire rápidamente desafía estas percepciones al sumergirnos en un mundo lleno de misterios y giros inesperados. En lugar de replicar fórmulas preexistentes, el guionista juega con las convenciones establecidas del género. Los lectores pueden reconocer ecos de historias pasadas, pero Lemire los guía por un laberinto narrativo donde la sorpresa y la originalidad son moneda corriente. Black Hammer es un testimonio de cómo la familiaridad puede ser transformada en innovación narrativa.

A medida que avanzamos en la saga, es imposible pasar por alto los homenajes cuidadosamente disfrazados que Lemire rinde a los clásicos del cómic. Desde referencias visuales hasta diálogos sutilmente familiares, cada página está impregnada de un amor reverente por la rica historia de los superhéroes. El guionista canaliza la esencia de obras maestras como «Crisis en Tierras Infinitas» o «Los Cuatro Fantásticos«, pero lo hace sin caer en la trampa de la imitación directa. En lugar de replicar, Lemire extrae la esencia de lo que hizo que esos cómics fueran inolvidables y la infunde en la estructura misma de Black Hammer. Este acto de equilibrio entre la inspiración y la originalidad demuestra la maestría de Lemire como contador de historias. Donde este tebeo verdaderamente se destaca es en la expansión de su universo. El guionista no se contenta con simplemente emular eventos superheroicos clásicos; va más allá al construir capas complejas de mitología y relaciones entre personajes. Cada héroe y villano se convierte en un nodo de una red intrincada de historias interconectadas. El universo se convierte en un tapiz donde la mitología familiar se entrelaza con eventos cósmicos, creando una rica amalgama que va más allá de la narrativa estándar de superhéroes. Al igual que no teme explorar temas profundos, desde la lucha contra las perdidas familiares hasta la búsqueda de significado en un mundo donde los héroes clásicos ya no encajan. Con el tercer volumen, Lemire lleva a los lectores al clímax de esta epopeya superheroica. La historia, que encuentra su conclusión en esta entrega, es un testimonio de cómo el guionista ha tejido cuidadosamente cada hilo narrativo en una obra que no hace sombra a las grandes sagas de superhéroes. Lucy Weber, emerge como la fuerza motriz detrás de este renacimiento: su viaje para recuperar a su familia es un reflejo de la lucha universal por la redención y la reconexión. A través de sus ojos, nos sumerge en un torrente de emoción y acción, donde los eventos superheroicos se entrelazan con la profunda humanidad de los personajes. Un detalle que cabe destacar de este final es como Lemire introduce nuestro mundo en la historia. Las referencias culturales, como los personajes más representativos (sobre todo americanos) hacen que tenga ese punto de metalenguaje tan interesante.

En lo gráfico, Caitlin Yarsky demuestra un dominio excepcional de la anatomía, capturando la forma humana con una precisión que sugiere tanto estudio como intuición artística. Cada detalle, desde la curva de una línea hasta la sombra sutil, contribuye a la sensación de vida palpable en sus obras. Se ve en muchas de las viñetas, pero en concreto me gustaría destacar donde dibuja a los múltiples Coroneles Weird donde se nota que se divierte con cada trazo. Las emociones que consigue con su lápiz refuerzan mucho el sentido de la serie. El abrazo de Lucy con su madre, consigue que sea tan realista como si lo estuviéramos viendo a nuestro lado. La paleta de colores de Dave Stewart emerge como un arquitecto cromático, especialmente cuando explora las rupturas del tejido de la realidad. Su elección de tonalidades desgarradas, desde amarillos intensos hasta resplandecientes azules iridiscentes, transporta al lector a dimensiones inexploradas.

La edición original americana esta editada por parte de la editorial Dark Horse, con un total de cuatro grapa que completan esta tercera parte. En España, disponemos de esta obra directamente compilada, gracias a Astiberri. Como extra de la edición española tenemos al final del tomo un cuaderno de bocetos de Caitlin Yarsky, donde podemos observar los trazos a lápiz que realiza antes de dar la forma final al dibujo. A medida que aguardamos ansiosos el próximo capítulo de esta historia, queda claro que el equipo creativo está preparando algo verdaderamente colosal. «Black Hammer: El Renacer» no solo es una serie limitada en sí misma, sino también la antesala de un final de fiesta que promete ser el epílogo perfecto para esta épica aventura. No queda más que esperar con expectación, listos para sumergirnos de lleno en el desenlace que nos aguarda en el horizonte de esta historia. La fiesta final está por comenzar, y los fans de este universo superheroico no querrán perdérsela por nada del mundo.

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