Medea: Es la hora de que se cuente su historia

Una figura central en la mitología griega, emerge de las páginas de tragedias y epopeyas con una intensidad psicológica única. Su historia, inmortalizada en la obra de Nancy Peña y Blandine Le Callet llamada “Medea”Médée«), se despliega en una serie de eventos tumultuosos, revelando un relato de amor, traición y venganza. La historia de Medea comienza en los confines de Colquida, donde su padre, el rey Eetes, custodia el preciado Vellocino de Oro. Aquí, Medea despliega sus habilidades mágicas para ayudar a Jasón a superar pruebas aparentemente insuperables y obtener el Vellocino. Este episodio inicial destaca la dualidad de Medea: una mujer de conocimiento y poder, pero también una figura que se ve envuelta en los designios de un hombre. Una figura que se debate entre el amor y la venganza, la maternidad y el horror, sigue desafiando las definiciones fáciles. Su historia, tejida con elementos mitológicos y humanos, es un reflejo de la complejidad de la experiencia humana. Se presenta como una figura trágica, cuyas acciones impulsadas por la desesperación y la traición revelan las sombras dentro de cada ser humano. ¿Una madre amorosa, una amante despechada, una mujer libre, una bárbara, una bruja o un monstruo? La respuesta yace en la miríada de matices que conforman la historia de Medea, una narrativa que sigue cautivando y desconcertando a aquellos que se aventuran a explorar sus profundidades.

Este tebeo, creado por Nancy Peña y Blandine Le Callet, se destaca como una obra que logra un empoderamiento femenino excepcionalmente bien llevado y guionizado. A través de su narrativa magistral y su enfoque artístico, las autoras logran desentrañar las complejidades de Medea, presentándola como una figura trágica que se rebela contra las limitaciones impuestas por la sociedad y las circunstancias adversas. En primer lugar, la narrativa de «Medea» se sumerge en la psique del personaje principal, explorando sus emociones, motivaciones y deseos de manera profunda y matizada. Medea no es simplemente una víctima de las circunstancias, sino una mujer compleja que se enfrenta a los desafíos con astucia y resiliencia. La historia resalta su inteligencia y habilidades mágicas, presentándola como una mujer poderosa que desafía las expectativas tradicionales. La trama sigue la evolución de Medea desde su papel inicial como colaboradora en la búsqueda del Vellocino de Oro hasta su desgarrador acto final de venganza. A lo largo de esta transformación, el guion logra mantener un equilibrio cauteloso, evitando caer en estereotipos simplistas. Medea no es presentada como una fuerza irracional y descontrolada; en cambio, la narrativa revela sus acciones como respuestas lógicas y medidas ante las injusticias y traiciones que experimenta. El empoderamiento de Medea también se refleja en su rechazo de las limitaciones impuestas por el mundo dominado por los hombres que la rodea. Se presenta como una mujer que desafía las normas sociales, cuestiona las expectativas culturales y busca su propia autonomía. Este aspecto del personaje es hábilmente incorporado en el guion, mostrando cómo Medea elige tomar el control de su destino en lugar de aceptar pasivamente su papel predefinido. La relación entre Medea y Jasón se aborda con sensibilidad, destacando la complejidad de las dinámicas de poder en el contexto de la antigua Grecia. La narrativa no retrata a Medea simplemente como una víctima del abandono, sino como alguien capaz de tomar decisiones difíciles y desafiantes en respuesta a la traición. Esta representación equilibrada contribuye a la fuerza del empoderamiento femenino en la historia. El guion también evita caer en la trampa de idealizar o demonizar a Medea. Su humanidad se mantiene intacta, con sus virtudes y defectos claramente delineados. Este enfoque matizado agrega profundidad al personaje y lo hace más interesante para el público, permitiendo que el empoderamiento femenino se manifieste de manera auténtica y convincente.

Nancy Peña complementa la narrativa de manera brillante con su arte. Las expresiones faciales, gestos y composición de las viñetas refuerzan la fuerza y determinación de nuestra protagonista. El diseño de personajes también desafía las convenciones estéticas tradicionales, destacando la individualidad y complejidad de cada personaje femenino. La representación visual de esta mujer por parte de Peña es un testimonio de la profundidad de su comprensión del personaje y de la narrativa en su conjunto, a través de trazos que capturan la elegancia y la fuerza de Medea, Peña no solo la retrata como una figura trágica, sino como una mujer compleja y empoderada. Cada línea en sus expresiones faciales y gestos cuenta una historia, revelando la dualidad de su personalidad, desde la colaboradora apasionada hasta la mujer despechada.

En cuanto al color, obra de Sophie Dumas, Céline Badaroux y la propia Nancy Peña, la elección del c terracota, reminiscente de la cerámica griega, evoca una sensación de autenticidad y atemporalidad. Los matices cálidos y terrosos infunden a las viñetas con un aire clásico, transportando al lector a la antigua Grecia y sumergiéndolo en el mundo mítico de Medea. Este uso del color no solo es estéticamente impactante, sino que también sirve como un medio para transmitir la conexión intrínseca de esta hechicera con su entorno y su herencia.

Medea foto 3

La edición original viene de la editorial Casterman con cinco volúmenes que componen toda la serie. En España, gracias a Tengu Ediciones disponemos de una edición en tapa dura con toda la serie en su tamaño original. En 2022 se hizo y agotó la primera edición, llevando este 2023 a realizar la segunda. No es para menos. En el torbellino de páginas que conforman «Medea«, el personaje emerge no solo como una figura mitológica, sino como un ser humano trágico y complejo, hábilmente llevado por la pluma maestra de las autoras. Es en la profundidad y autenticidad de esta representación que reside el verdadero encanto de la obra, convirtiendo a Medea en un imán narrativo que atrae al lector, lo envuelve en su tejido emocional y se niega a soltarlo hasta que las últimas páginas son devoradas ansiosamente. Simplemente para terminar diré una cosa que se refleja en el tebeo: “Cada uno tiene derecho a decidir su propio destino, aunque todo te haga pensar lo contrario”.

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