
Palombia siempre reservó secretos para los fans de Marsu, en forma de nuevos personajes que poco a poco se incorporaban al pequeño y salvaje universo que Batem y Yann fueron creando en torno a la entrañable criatura de André Franquin. Así ocurre en “El novato de la selva” (“Mars le noir”), donde “Mars el negro” hizo su aparición.
Mars pertenece a la misma especie que nuestro Marsu, si bien al comienzo del álbum está en cautividad. Forma parte de las atracciones del circo Zabaglione, que se está desplazando en barco hacia México para cumplir compromisos profesionales. Cuando el barco pasa por Palombia, Noé, el payaso e instructor de animales, huye de la expedición con su marsupilami negro para que el animal sea libre.

Ese es el comienzo de este álbum, el tercero de la serie, publicado originariamente en 1989 para el mercado franco belga. Un tebeo que asentó en su momento personaje y serie. Pasada la sorpresa y efecto de las dos primeras entregas, “El novato de la selva” supuso la frescura de que el protagonismo principal del álbum recayera en el nuevo personaje y en sus peripecias dentro de Palombia, hecho que desencadena varios elementos de interés en el relato. Pues Mars es un animal criado en cautividad y ello provoca situaciones graciosas en su adaptación a la vida en libertad y salvaje de la selva. Además, al haberse instruido en un circo, sabe de trucos que no dejará de poner en práctica mientras interactúa con quien se cruza en su camino. Ambos elementos dan el suficiente juego para proporcionar páginas entrañables y divertidas a lo largo del tebeo.
Mars y Noé no serán los únicos que lleguen a Palombia, también llegarán hombres civilizados para construir una carretera que podría tener serias consecuencias para el ecosistema de la selva. Este hecho es el primero de muchos en la serie donde se reflejan los valores ecológicos que otorgaron Batem y Yann a la serie, exponiendo las consecuencias de “la civilización” en espacios naturales.

En estas viñetas el dibujo de Yann sigue marcando el potente rumbo gráfico de la serie, sumergiéndonos de lleno en el relato, que Leonardo Vittorio pinta con eficaz oficio. De todas las páginas, como suele ocurrir habitualmente en esta serie, las que más brillan son las que aparecen Marsupilami, Marsupilamie, Bobo, Bibi, Bibu o Mars. No por nada la creación de Franquin derrocha carisma gráfico y Yann lo potencia al máximo cada vez que tiene que dibujar a Marsu y al resto de animales de su especie.
“El novato de la selva” es pues un tebeo que sirvió para consolidar y expandir serie y concepto. Un cómic atemporal e ideal para todas las edades, por lo que trata y cómo lo trata. Editado en castellano y catalán por Editorial Base en formato álbum europeo de 48 páginas. Una nueva visita a Palombia siempre es un buen plan.
“Huba… ¡ Hop !!!”
