
Cuando se echa la vista atrás, queda el recuerdo de lo vivido. Con sus altibajos, esa es la trayectoria de quien la rememora. La que le ha llevado y define su presente. Como es el caso de Jean-Claude Pautot, antiguo atracador de bancos francés que tuvo en jaque a la policía gala durante los años ochenta. Un tipo que ya pasó por la cárcel nada más cumplir la veintena y que con bastante acierto burló a la ley por mucho tiempo. Viviendo siempre al límite, alerta ante quien se cruzara por la calle. Consiguió alejarse de sus causas pendientes hasta que el pasado llamó a su puerta para posteriormente volver entre rejas, acabando “Frente al Muro” (“Face au mur”).
Ese es el título de la obra que se basa en sus vivencias, editada por Cartem comics en dos volúmenes, cuya primera entrega nos ocupa hoy. Una entrega que nace del encuentro con el historietista Laurent Astier en la prisión de máxima seguridad de Saint-Maur francesa. El autor de cómics se disponía a dar un taller sobre el noveno arte con reclusos y el destino lo puso frente a frente de Jean-Claude.

Como fruto de largas conversaciones en las que Pautot desgranó su vida nace este proyecto, donde las vivencias del recluso son la semilla para que Astier nos brinde un relato que va de lo carcelario a la serie negra, con un pie pegado siempre a lo real, pues todo se basa en lo vivido por Paulot.
Pépé, como era conocido el protagonista de esta obra, es un apelativo para indicar indistintamente en francés “yayo” o “audaz”. Y a Paulot le viene como un guante este alias, pues a lo largo de su vida sus acciones siempre han estado cargadas de audacia. Protagonista de los periódicos de sucesos en su “época en activo”, ya fuera por fugas de cárceles o por sus puntuales “trabajos” en alguna sucursal bancaria u otros objetivos más rentables. Todo eso nos lo cuentan en esta obra, en la que no hay lecciones ni moralinas, solo una historia edificada con los recuerdos reales de Pautot.

Con esas vivencias narradas, Laurent Astier traza uno de los cómics con más quilates de la serie negra en BD de la pasada década. No nos presenta una historia lineal, sino que nos da un puzle de relatos donde vamos conociendo poco a poco a “Pépé”, a través de capítulos de su vida que llevan al lector a distintos momentos de la biografía del recluso. Piezas de una vida al límite, que conforme las vamos juntando en la lectura dan una composición dura y contundente, de las que dejan al lector pegado a la viñeta y con ganas de pasar la página para saber más.
Estando “Frente al Muro” nos enfrentamos a algo más que a un relato de ficción, nos disponemos a bucear por una historia pegada a una delincuencia real, de personas que ante la falta de oportunidades huyen de un destino marcado a fuego como hijos de nadie. Una huida hacia adelante entre atracos y fugas. Es lo que trasluce en la historia de este convicto y que Astier lleva con magistral eficacia a las viñetas, utilizando una tonalidad de color predominante en cada capítulo que nos muestra. Recurso que acertadamente remarca el momento vital en que se encuentra el protagonista y le da un mayor empaque al conjunto.

Editado en 2017 por Casterman, Cartem comics ha tenido a bien traerse a este lado de los pirineos esta obra, dividida en dos volúmenes. El primero que hoy nos ocupa se nos presenta en una cuidada edición de 168 páginas que cuenta con la traducción de Mateo Pierre Avit Ferrero. Además del relato, este primer volumen cuenta con un amplio dosier gráfico con recortes de la prensa de la época en activo de Pautot, así como con abundante material fotográfico, bocetos del damatis personae de la obra y una pequeña muestra del arte que desarrolla en la actualidad Pautot. “Frente al Muro” es más que un buen tebeo de serie negra y carcelario, es un áspero, intenso y certero viaje a la delincuencia real, sin moralinas ni juicios de valor. Relatos, en definitiva, de una vida al límite. Con sabor a la áspera verdad de la calle y a la soledad de una celda.
