
En la infancia todo es aventura. Jugar alrededor de tu casa se convierte en una exploración fascinante por los lugares que se descubren. Del mismo modo ocurre con las personas que pueblan ese entorno cercano: forman parte de las divertidas peripecias y juegos de la chavalada. Ahora bien: ¿qué ocurría si una de esas personas del entorno cercano fuera un no muerto? Eso es lo que nos espera en el tebeo centra nuestra atención hoy: “Mi vecino es un vampiro”, de Miguel B. Núñez.
Miguel B. Núñez (“Heavy 1986”, “King Egg”, “666” o “Catalina y la isla del cíclope”) es un artista multidisciplinar que ha vertido su talento fundamentalmente como autor de cómics, ilustrador y músico. Con un estilo sintético reconocible a primera vista, su trayectoria se ha ido consolidando paso a paso desde aquellos comienzos como ilustrador del mítico sello musical Suberfuge y la revista “Trash Metal” a finales de la década de los ’90. Desde entonces, una larga lista de trabajos engloba la carrera de este dibujante, que ha sabido cultivar obras tanto para adultos e infantiles. Como la que nos ocupa hoy.

Es el caso de “Mi vecino es un vampiro”, un tebeo no obstante muy disfrutable por cualquier lector maduro, por el homenaje explícito que lleva en sus páginas. Pues el vecino que tiene Rosita, la protagonista, no es otro que Béla Lugosi, el famoso actor que encarnó en la gran pantalla al personaje de Bram Stoker. Una encarnación que ya es icónica en el imaginario popular y que Núñez aprovecha todo el potencial que tiene para desarrollar un relato sólido para todos los públicos.
Así el icónico actor es el vecino centro de esta aventura. Una aventura que apuesta por la diversidad y la tolerancia para desarrollar una simpática historia en la que se ponen de relieve, de manera sencilla pero efectiva, cuestiones sobre convivencia con diferentes en la sociedad. Todo hilvanado de forma acertada dentro del ameno relato que aguarda en este tebeo.

El tono de divertida aventura no deja de impregnar cada una de estas páginas, en las que el sintético trazo de Núñez nos pasea por una historia en el que el magnetismo del Drácula de Lugosi está presente en todo momento. No para asustar en este caso, sino para divertir y sumergir a chavalada en una historieta de tono amable en la que hay guiños para adultos. No obstante, “Mi vecino es un vampiro” se sostiene per se, por lo bien construida que está su trama y lo efectivo del arte de Núñez. Es decir: hay guiños para los adultos y los fans del cine clásico de terror, pero ante todo lo que aportará este tebeo a su joven público es un solvente historia disfrutable se conozcan esas referencias o no. Y eso, ciertamente es un logro.
Editado por Sallybooks en formato cartoné, consta de 64 páginas. “Mi vecino es un vampiro” se erige como una sólida opción como primera lectura de verano para los peques de la casa. En sus páginas encontraran ese sabor de la aventura. Un sabor irresistible que puede servir como motor para incentivar el sano hábito de la lectura.
